viernes, 18 de junio de 2010

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Se acabó...El miedo me robo la razón.

Notas una ausencia.
Por todas partes.

No hay abrazos, ni besos, ni caricias...Ni siquiera hay un brazo que te arrope, ni una presencia que te indique que no estas sola en esa inmensa oscuridad.

Esa oscuridad que hay en ti, donde la niña de coletas y faldita de volantes, tiene la mano extendida y los ojitos apretados, esperando que alguien la encuentre en ese mar de tierra.

Pero no te mueves.
Pero no dices nada.
Ni si quiera te sale llorar.
Simplemente nada.

Entonces, escribes en una hoja lo que mas tarde quemarás, para que se lo lleve el viento y no quede sobre ti culpa.
Y recurres a él.
No sabes porque, pero lo haces.

Bulnerable, infantil.
Con la imaginación brotando como si en vez de escribir estuvieras alli.
Y sabes que encuento le des a enviar, al sobrecito con la flechita, te arrepentiras...Pero quieres hacerlo. Debes hacerlo.

Es importante para ti.
Es importante que sepa que es importante para ti.

Y pasan horas. Y te entra el miedo.
¿Lo habré hecho mal?
¿Me habré pasado?
No era nada malo..pero ¿y si..?

Y dando vueltas en la cama duermes. Una hora. Quizá dos.

Recuerdas a esa persona que sin explicacion se ha marchado..Y no sabes si volverá alguna vez.
Al que quisiste hasta doler.

¿Donde estás?
Te echo de menos...
Me esta costando empezar a vivir sin ti..
¿Qué tengo que hacer?

Pero jamas hablaremos de esto.
Tu nunca lo leeras.
Yo nunca lo escribire.

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