Entrè despuès de mucho tiempo y tras enfadarme con un amigo por haber abandonado el mundo blogger, y me encontre con esto.
A veces pensamos que las cosas seran eternas.
Que nada podra cambiarnos.
Y como la verdad absoluta de todas las cosas, nos aferramos a la ultima cornisa con el miedo en la punta de los dedos, de que desaparezca.
Un dia, sin mas. Algo muere.
Lento, apensadumbrado, pero moribundo.
Una rutina que envuelve a otra, y los dias se empujan con prisas y aun asi, pasan lentos, sin gloria y con mucha pena.
Entonces lees, escuchas, piensas unas palabras, y sientes que un cristal se resquebraja por dentro, pero no llega a romperse.
Y te preguntas porque.
Quiza fuera porque el "algo" que agonizaba, desaparecio tras muchos esfuerzos, y se escurrio entre los dedos como arena blanca.
Preguntarse que paso, no sirve de nada.
Preguntarse porque sucedio, no sirve de nada.
Preguntarse que hacer, no sirve de nada.
Romper a llorar, no sirve de nada.
Encapsularse en el tiempo, no sirve de nada.
Solo sirve, seguir respirando.
Seguir corriendo.
Seguir volando.
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