a gel y efluvios.
Sabores distantes que se entremezclan salados.
Perder la cuenta..olvidarse del todo.
Danzad, mortales, danzad.
Vuestro cuerpo os mantiene presos del deseo y la locura.
Mi piel, echa de velcro, se pega a los pliegues de tu piel de terciopelo.
Consumiendonos en un baile lento,
en un sudor caliente,
en flujos espesos.
Seguid danzando, esta noches, este instante, sois inmortales.
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